Una ciudad más limpia. La meta para un futuro mejor y más saludable. El deseo por vivir en una ciudad más verde y que trabaja por convertirse en ello, es el aire que se respira cada vez más entre las autoridades locales y nacionales de los diferentes países de la Unión Europea.
Desde el año 2010, la Comisión Europea reconoce el compromiso de las ciudades con el medio ambiente. Con vistas a un desarrollo más limpio, el Premio Capital Verde se erige como estímulo para que las ciudades avancen hacia buenas prácticas medioambientales y premiar así, esa transición para convertirse en ciudad ecológica.
En la edición de este año, la ciudad alemana de Essen ha sido la elegida para ser estandarte de este galardón europeo. “Essen ha llevado a cabo una profunda transformación y ha dejado atrás su fuerte pasado industrial para convertirse en una ciudad más limpia y ecológica”, tal y como señalaba el jurado a la hora de premiar ese esfuerzo por ser una ciudad verde.
Mejorar la calidad del aire, el rendimiento energético y construir más zonas verdes creadas en parte, a través de una rehabilitación de sus terrenos industriales son solo algunas de las bases para empezar a funcionar como urbe más saludable.
España ha sido premiada en dos ocasiones: Vitoria-Gasteiz se alzó con el Premio Capital Verde (2012) como ciudad con alto porcentaje de zonas verdes públicas. La Comisión valoró la cercanía de la población a esos espacios en un rango menor de 300 metros. Y en 2015, la ciudad catalana de Mollet del Vallès recibió el Premio Hoja Verde Europea en su primera edición de entrega.
De forma progresiva, son muchas las ciudades europeas que comparten esta iniciativa para promover el uso de energías más limpias y reducir las emisiones más dañinas para nuestro planeta. Varias de estas urbes, como Ámsterdam, Estocolmo, Bristol o Copenhague etc, han sido imitadas por sus buenas políticas energéticas e innovadoras. Ciudades con sello sostenible que miran hacia un futuro prometedor y de cambio.