El Grupo Eiffage acaba de actualizar su código de valores, destacando la Ejemplaridad, Responsabilidad, Confianza, Transparencia, Lucidez, Valentía y Tenacidad como seis valores indisociables que definen lo que quiere ser la compañía: un grupo que se guía por sus valores, audaz y movilizado en torno a una misma visión de excelencia y de humanismo.
En este sentido, Eiffage Energía trabaja día a día para fomentar sus valores y cumplir los principios fundamentales que rigen la compañía, buscando la satisfacción de sus clientes y de su equipo de profesionales.
“Saber marcar la diferencia es, más que un eslogan, nuestra firma, una marca que, en el día a día, se plasma en nuestras decisiones y en nuestros logros, y a la larga, en nuestro modelo único de accionariado para empleados y en los valores que constituyen la base de nuestra identidad desde la creación del Grupo”.
Con estas palabras, el presidente director general del Grupo Eiffage, Benoît de Ruffray, ha presentado a los trabajadores el nuevo código de valores que se define por el compromiso de Eiffage en materia de responsabilidad social y medioambiental, su organización compacta, “la capacidad de trabajar juntos y afrontar los retos colectivamente, el espíritu de nuestros equipos, implicados, leales, humanos y solidarios, movidos por la voluntad de innovar y la audacia de emprender. Trabajar en Eiffage es vivir y transmitir nuestros valores”.
Seis valores indisociables
Ejemplaridad. En Eiffage, la ejemplaridad es la base del respeto a los demás y, a través de ella, se concretan los valores del Grupo. “No pedimos a los demás lo que no nos exigiríamos a nosotros mismos”. Por ello, independientemente de las circunstancias, los trabajadores actúan de forma ética, según su conciencia y respetando estrictamente las normas.
Responsabilidad. En Eiffage, cada uno de los empleados, desde la posición que ocupa, representa al Grupo, se compromete en su nombre y es responsable de los recursos humanos y materiales que se le han confiado. Mediante este empoderamiento, se preserva la autonomía y se fomenta la toma de decisiones y de iniciativas cerca del terreno.
Confianza. En Eiffage, cada trabajador cuenta con la confianza de sus responsables, así como con su apoyo a la hora de enfrentar dificultades. Las acciones son colectivas y no se llevan a cabo a costa de los demás. La confianza es una marca de identidad, es el cemento que propicia la cohesión y contribuye a que la persona alcance un desarrollo profesional pleno. La confianza también rige la relación de Eiffage con las partes interesadas y favorece las colaboraciones de larga duración.
Transparencia. En Eiffage, los retos son compartidos. Cada uno sabe lo que se espera de él y también lo que puede esperar de los demás. La confianza exige transparencia. Por ello, la información que se entrega ha de ser fiable y exhaustiva, y debe transmitirse con prontitud. No se aceptan la ocultación ni la falsificación de información. Asimismo, cada cual debe asumir las consecuencias de sus actos. Se admite el error; es su reiteración lo que lo convierte en falta.
Lucidez. Trabajar en Eiffage es ver y expresar las cosas de forma clara y precisa, siendo conscientes tanto de las propias capacidades como de las propias limitaciones. Esto permite la evaluación correcta de los riesgos y la disposición de los recursos necesarios. La lucidez aporta la garantía de objetivos realizables y compromisos cumplidos.
Valentía y tenacidad. Trabajar en Eiffage es comprometerse con entusiasmo en los proyectos, con una actitud perseverante y tenaz, pero sin obstinación, y también es contar con la fuerza necesaria para afrontar y superar las dificultades. Trabajar en Eiffage es, asimismo, saber mostrar valentía en la gestión de los empleados.