ADEMI. El consejero delegado de Eiffage Energía y delegado de Eiffage en España, José Manuel Martínez, ha presidido, por primera vez desde que fue nombrado presidente, la Asamblea General de ADEMI. Un encuentro en el que ha repasado temas que afectan al sector. Asuntos como la reforma laboral; o la amenaza del intervencionismo sobre las energías renovables agravada por la guerra de Ucrania.
ADEMI cuenta con una representación del 90% del sector en facturación, con 36 empresas asociadas. La facturación del sector está por encima de los 18.000 millones de euros, lo que supone el 1,6% del PIB español. Más del 70% de esta cifra de negocio es fruto de la actividad de las empresas de ADEMI en mercados exteriores.
La asociación genera en el mercado nacional más de 70.000 puestos de trabajo directos y otros 100.000 indirectos.
En este sentido, el presidente de ADEMI destacó que «en 2021 hemos formado desde ADEMI a 14.000 personas. Tenemos que invertir en formación. Es la mejor inversión y más, si cabe, en momentos como los que estamos viviendo».
Para la asociación, la formación y la prevención son pilares fundamentales. Algo que se demuestra en la multitud de eventos que se han organizado en pro de la seguridad de los trabajadores del sector. Por ejemplo, las distintas jornadas y congresos sobre seguridad y salud en el trabajo, en colaboración con distintas entidades como Aga, Sedigas o Telefónica; desayunos de trabajo organizados en colaboración con KPMG; o la participación en Sicur a principios de año, entre otros muchos.
Referente del sector de la energía en España
ADEMI es una asociación con un peso considerable en la economía española, el referente del sector de la energía en España. «Constituimos el núcleo empresarial capacitado tecnológicamente para guiar a la sociedad española hacia un nuevo modelo económico; industrial; y energético. Y lo hacemos a través del desarrollo de todos los procesos vinculados con la innovación; la digitalización; y la sostenibilidad», apuntó Martínez.
Intervencionismo sobre las energías renovables
En 2021 toda la sinergia ha estado enfocada en solventar las dificultades que ha supuesto la Covid-19. «Ahora, nuestra meta es superar la dependencia energética que padece España, que con la intervención de Rusia en Ucrania se ha visto agravada. Las empresas de ADEMI estamos capacitadas para hacer esa transición energética. Contamos con la capacidad tecnológica para llevarlo a cabo».
En este sentido, Martínez ha explicó que ya ha trasladado públicamente la preocupación de la asociación ante la amenaza del intervencionismo sobre las energías renovables. «Si se rompe la unidad del mercado eléctrico; o se imponen impuestos confiscatorios, los pedidos de las empresas de energías renovables a las contratistas se van a paralizar».
La independencia energética europea solo se puede lograr apostando por las energías renovables y la mejora de las infraestructuras eléctricas de distribución y transporte. Una apuesta que ya se contemplaba en el contexto global de la lucha contra el cambio climático. Pero, la situación provocada por el conflicto hace que las medidas que se deben adoptar en este sentido se pongan en marcha cuanto antes para conseguir la autosuficiencia energética.
Según el presidente de ADEMI, es esencial que sigamos la senda de la descarbonización, de manera sostenible y rentable, por lo tanto, exportable en el tiempo al resto del mundo.
«Europa representa el 9% de las emisiones mundiales, siendo la única potencia que soporta el 100% de coste de las inversiones en descarbonización a nivel mundial», subrayó Martínez, afirmando que «tenemos que ser líderes y ejemplares en el proceso de transición energética. «Ahora pagaremos más para que en un futuro podamos ganar en independencia y competitividad».
Así, recordó que cuando se invertía en nuclear era carísimo y hoy la energía nuclear es súper competitiva. Igual ocurre ya con la fotovoltaica y la eólica. «Invertir en tecnología aumenta nuestro valor añadido. Pensemos que los países productores de materias primas son “países pobres”, mientras que los que invierten en tecnología son ricos».
Inflación desbocada
Jose Manuel Martínez manifestó que estamos viviendo una época de inflación desbocada. «La inflación es un problema estructural y no coyuntural. Se observa en la inflación subyacente. El desarrollo económico tiene que ir en línea con el peso del euro en el mundo». En esta línea, explicó que:
- Tenemos que conseguir que el euro prospere como moneda reserva del mundo, siguiendo la estela del dólar.
- No existe la autarquía energética. No se puede ser independiente energéticamente. Vivimos en un mundo interconectado eléctricamente, por lo tanto, debemos:
-Aumentar la diversificación de las fuentes de generación en tipos y cantidad. Mejorar el MIX energético de cada uno de nuestros países.
-Fomentar la cooperación entre países mejorando y aumentando las redes de interconexión.
-Tecnología y valor añadido (patentes que nos diferencien de quién producen cosas), esto es invertir más en I+D+i. - Esto es esencial porque la otra mitad del mundo, la del modelo económico-energético convencional, espera el fracaso de Europa en la transición energética. Así, no seremos un competidor de los que producen recursos energéticos convencionales.
Tenemos una moneda muy fuerte que es reserva económica mundial. Europa es el 25% del PIB mundial. Hay que mejorar en regulación. «Integrada, facilitadora y como parte de la solución y no del problema: no se pueden frenar inversiones, por lo tanto, la actividad económica de nuestro sector», matizó.
Reforma laboral
Sobre otro tema que preocupa al sector, la reforma laboral, «lo que reivindicamos es que se nos aplique la misma excepción que al sector de la construcción, como empresas constructoras que somos de infraestructuras energéticas, permitiéndonos mantener los contratos por obra y servicio. Tenemos un peso muy importante en el sector y esto nos debe hacer fuertes».
En este contexto, Martínez aseguró que las empresas del sector deben tener la posibilidad de contratar en función de las obras existentes. De modo que, si las obras finalizan y el empleado no desea su recolocación en otra obra; o no es posible porque la empresa no posee más obras, puedan rescindir el contrato de trabajo. Al igual que la opción dada en el sector de la construcción, con el “contrato fijo de obra”.
«Tenemos a menudo solicitudes de contratación de mano de obra local en aquellos lugares donde se realizan los proyectos. Normalmente, esa mano de obra local es reacia a una recolocación en lugares distintos a los de su residencia». En estos supuestos a los que se refiere el presidente de ADEMI, la empresa no tiene más opción que rescindir los contratos, acudiendo a despidos colectivos, si el número de empleados/as supera los umbrales marcados por la legislación laboral, una vez terminan los proyectos. Los procesos de despidos colectivos llevan tiempo, por lo que mientras estos se tramitan las empresas tendrán que soportar un coste salarial que no se verá amortizado por las obras ya finalizadas.
«El contrato fijo discontinuo no es muy útil en este sector. Nuestra actividad no es cíclica y cada proyecto posee circunstancias distintas y peculiares que hacen que desconozcamos de antemano cuando se van a ejecutar nuestros proyectos». Circunstancias que impiden una programación anticipada de la actividad del sector al nivel que exige la contratación indefinida.
«Seguiremos luchando por nuestros derechos con el apoyo de todas las empresas de ADEMI, que nos hacen más fuertes para poder defender mejor nuestro sector», concluyó Martínez.
Tras la intervención del presidente, los diferentes comités expusieron las actividades que han desarrollado. Como cierre del encuentro, el secretario general de ADEMI, Julio Nieto, presentó las cuentas anuales de 2021 y el presupuesto para el ejercicio vigente, que se procedieron a aprobar.
Demostraciones de buenas prácticas preventivas en el trabajo
Como cierre de la Asamblea, trabajadores del Grupo Elecnor acompañados por Ángel de la Hermosa, coordinador de Formación y gestor del conocimiento, realizaron una comprobación de tensión en alta tensión en un Centro de Transformación con tensión real, de 15 kV; así como el análisis de la operatividad de dos celdas de tensión alimentadas en 400 V.